martes, 27 de diciembre de 2016

Impertérrito


Yo era la flecha
la Maga
la Arquera.
En un mundo sin dioses
sin miedo
era guerra.

Iba de frente, siempre arrogante

me sabía fuerte e independiente
ganaba siempre.

Cada batalla yo la libraba

dando la cara
no me escondía,
no hacía falta,
no importaba
si al fin moría.

Jamás pensé, ni en cien mil años,

que un par de ojos
me redimían.
Y llegó él con ese abrazo
me hice chiquita
y arrepentida.
Juré, entonces, buscarlo siempre
era mi vida.
Nobleza obliga
es comprensible
que aún lo busque
hasta hoy día.

También lo hace

es implacable
aún escucho
notas perdidas
de ese tiempo
de ese canto
que esgrimió
mientras moría.

Le seré fiel

constantemente
en cada tiempo
en cada vida
él lo merece
él va en el viento
y me susurra
día tras día.