miércoles, 26 de septiembre de 2018

Esperanza

Te leo
te devoro
me aferro a esa poesía 
como último bastión de resistencia.

Creo.
Todavía creo.
Aun no pierdo del todo la estela de los sueños.

Que estés vivo
la coincidencia
ayuda a no volverse seco
a creer que todavía queda algo por defender.

Me contagié de mundo
la sublime estupidez de lo vacío
creó un hueco invisible que se llena
a punta de cuchillos y pastillas.

La gente ya no dice nada
o no sé cómo escucharlos
pero quedan las plantas
los niños
vos
y la esperanza.