lunes, 18 de enero de 2016

Cáscaras


90 km nos separan. Y la vida.
No me intimidan sus despliegues
pero
cuánto nos perdimos de vivir
por orgullo
por falta de valentía
y de amor.

El paso del tiempo

es inexorable.
No se detiene nunca
es tan rápido
cada vez el espiral es más profundo
más oscuro.
Y las caras
cada vez más inertes,
nos hemos vuelto cáscaras vacías
bonitas estructuras de cartón
que no resisten a una investigación profunda.

No es el lugar,

es la compañía;
no es el vehículo,
es el viaje y el destino.
Miramos mal y poco
rápido
fugaz
sin contenido.

La profecía de lo absurdo

se ha cumplido.
Y, la vida,
se vuelve triste,
sin misterios,
sin magia
sin la emoción
del aventurero.
Aquí estamos
pero ya nos hemos ido.