Rasco
Desde adentro, rasco.
Las uñas se parten y
corroen con el ácido
Pero desgarro.
Una tenue luz se
visualiza a lo lejos
y me aferro a ella
como si mi vida
dependiera de ello.
Al otro lado, el
silencio.
El futido olor del
mundo se desprende
sobrevuela
y desespera.
Pero todavía desgarro.
Al otro lado, aún permanecen
almas
perdidas
solas
desarmadas.
¿Quién osó encerrarme?
¿Quién se atrevió a
desafiarme?
Hallaré al culpable
y lamentará el vuelo
que tomaron los
cuervos
cuando me taparon
con un velo de
silencio.
Todos los colores
estridentes
todos los entuertos
sirvieron solo
para retrasar el sueño
eterno que dormirá
el rey de los infiernos.