miércoles, 10 de febrero de 2016

Princesas


No necesito que me segreguen
yo me excluyo.
No comparto
ni comprendo
la forma como viven.
El valor puesto en lo que usas
la feroz competencia de lo absurdo
un mundo de plástico y monotonía.
Ni la sonrisa es ya real
solo pose estática
daguerrotipo vergonzoso
de una autenticidad que agoniza.

¿Para qué forman princesas?
¿No recuerdan
-acaso-
que nunca hacían nada?
Señoritas 
que esperaban la salvación
de la mano del "amor".
Ese amor, sin embargo, 
jamás era humilde o trabajador.

La pequeña dama sometida
carente de pensamiento propio
no es mi meta
bajo ningún aspecto.
Y es molesto
saber que me molesta,
que esos detalles me separan de un mundo
que odio y amo 
un poco más cada vez.

No es honesto
creer que liberamos
cuando reproducimos
tan eficazmente
un orden establecido
tan disciplinado
tan estático
tan aburrido.