sábado, 27 de agosto de 2016

No consigo ser
salvo lo que soy.
Como encajar
no es mi pasatiempo
a mi realidad me adhiero.
Así que, sí,
acepto y comprendo.

Me llevo
cada vez mejor
con el silencio.

Lo que siento, lo que digo
está tan contracorriente
que genero solo caos
infructuoso, agotador y viejo.

Quiero cosas tan simples
sin embargo, no las encuentro.
¿Qué significará eso?

¿Cómo adaptarme, entonces
a algo con lo que no concuerdo?
¿Por qué luchar
por cosas que no deseo?

La marca social
aún arde en el pecho.

La ley que da coherencia
a esta vida
me juzga y me critica

simplemente
yo     me     dejo.

Entiendo la razón de los insultos
de la soledad
de este encierro.