viernes, 11 de marzo de 2016

Revolucionario


Siento
la Magia que me llama.
Y,
cuando la desobedezco,
se me agrieta el alma
envejecen mis fantasmas
expira una nueva célula
de mi ser.

La vida ya no llama
-grita-
d e s e s p e r a d a.

Si elevo la vista
veo más allá.
Vuelo
desciendo
y voy atrás.

Prima, entonce,
mi sentido de unidad,
mi falta de fé
y de confianza.

Toda aquella educación humana.

Pero queda el eco
repicando en mi mirada.

Sé que es mi destino
pero disparo.
Las señales se consumen
y desaparecen
casi que no queda nada.

Puedo palpar
la negrura que me abarca
aún resisto
aún soy fuerte
pero no me quedan 
muchos búhos espías
en haber.

Deberé movilizar
a todo el firmamento
cada ejército de ave
cada felino
si aún pretendo
luchar contra el infierno.

Pero
todavía puedo
todavía debo 
esperar
por Él.