domingo, 10 de septiembre de 2017
No hay donde ocultarse
cuando el miedo
es hacia ti mismo.
No ayuda orarle a ningún dios del Olimpo.
El instinto de supervivencia
el amor hacia los tuyos
te obliga a buscar
a aprender.
No hay refugio.
No hallas todas las explicaciones
a tanta oscuridad
pero adquieres
medios, herramientas
para hacerle frente
dar la cara.
A veces ganas.
A veces, vuelve.
Circularmente
retomas la daga
el arco, la flecha
prestas batalla
a aquellos fantasmas
que, en otras vidas,
combatiste tangibles
como moneda corriente.
De todas formas, lo bueno,
es que entiendes a otros
en su horror y silencio
en su etapa doliente.