"No, señorita Larner, usté no se da cuenta de lo más importante: todo está vivo. Todo está hecho de átomos vivientes, todo obedece las órdenes que Dios le dio. Y siguiendo esas instrucciones, pues, algunos se convirtieron en luz y calor, y otros hierro, algunos en agua, en aire...Y otros en nuestra piel y nuestros huesos. Todas esas cosas son reales, y los átomos también lo son.
-Alvin, te hablé de los átomos porque eran una teoría interesante. Los mejores pensadores de nuestro tiempo no creen que existan tales cosas.
-Con todo su perdón, señorita Larner, los mejores pensadores nunca vieron lo que yo he visto.
-¿Pero de dónde vienen esos átomos?
-No vienen de ninguna parte. O, mejor dicho, tal vez vengan de todas partes . Quizás esos átomos sólo estén por ahí. Siempre hayan estado y siempre estén. No pueden hacerse ni romperse. Están para siempre.
-Entonces, Dios no creó el mundo.
-Pero claro que lo hizo. Los átomos no eran nada, sólo lugares que ni siquiera sabían dónde estaban. Dios los puso en orden para saber dónde estar. Y todo en el universo se compone de ellos".
Orson Scott Card