Conozco a alguien que también lee los vientos
siente
profundamente
el grito desgarrado de la Tierra
no intenta mejorar lo que está perdido
pero vive con su ejemplo de borrachera
de alegría y sentimientos desmedidos
al margen del mundo
al costado de los vivos
y de toda su quimera
de su despersonalización y ausencia
de su olvido e indecencia.
En otros mundos, los fantasmas,
vivimos lejos del cementerio
la tarea de estar vivos lleva esfuerzo
poco a poco, hemos ido aprendiendo.
Espalda con espalda, defendemos,
lo que aún vale la pena.
Después de tanto
sé ser cómplice de su sombra
picaresca y redimida.
Cuando los sueños son de castillos y peleas
confirmo que era él y toda la existencia
adquiere sarcástico sentido
así
el eco aburrido de su ausencia
duele menos.
Volverán las brujas
a sobrevolar el techo
de un infierno eterno
del cual nos alejamos
nos detestamos un poco
después, volvemos.