no dejo entrar a cualquiera.
El círculo -contaminado-
desde afuera, se cierra.
personas que no valen la pena
desazón, tristeza y llanto
es lo que a este fin del mundo llena.
naturaleza que no pelea
se acomoda insatisfecha
en el regazo del poeta
del guerrero de los tiempos
del anciano que en sí lleva
antiguos conjuros simples
notas de barro y arena. Magia natural y simple
rascando a golpe de seda
en cada alma condenada
pero que asoma la cabeza.
No hay destino que no abrume
al ser humano que queda
pero queda algo de sangre
corriendo por estas venas
que son las venas de otros
que brilla entre tanta guerra
que sabe y se reconoce
que defiende lo que queda.