Vuelvo a mi refugio. El mundo no me gusta. esta vorágine me asusta. La casa, el auto las charlas iguales y cotidianas sin ser yo, diciendo que soy alguien. Todo siempre tan adecuado, tan previsible, tan recatado. Puede que este mundo de dibujos, música y letras no sea palpable pero lo entiendo. Volveré al origen a la poesía sanadora otra vez a ser "la rara". A mirar la vida desde otra esquina camuflada inadaptada. Escuchar al mendigo, ayudar sin decir nada. Estas palabras sin revisar este silencio son más de mí que todo lo que veo y tengo. Trasgredamos reglas, sentémonos en la esquina a reirnos de todos los fantasmas. Juntemos monedas para salir de paseo y vivamos fuerte alto eterno.
Entonces salen borbotean dibujan palabras, sentimientos apurados. Y, es bueno. Es bueno el placer de escuchar una verdad saber que no todo es conciliador y adecuado. Ahora la sonrisa es el objetivo borrar hasta la médula esa que he sido. A saltar charquitos como he aprendido, a jugar como niños, hacia el mar hacia la luz hacia el abismo. Yo lo sé dolerá, será confuso. Pero soy libre de mi misma, de mis fantasmas de los miedos de lo establecido. Practicaré la pedagogía del "sí" y del silencio, de la humildad de lo austero. Sin destino. Recordaré que un camino se inicia con ese primer paso y ese primer paso será hacia lo desconocido.